Guadalupe ha decidido tomar otro camino, y no ir a la casa de su novio, sino a la del hermano de Clementa; Rafael, con el que ha hecho el amor sin preservativo.
De vuelta a casa, se cruza con Mario.
-Perdona por no ir a tu casa, es que Sara me ha llamado, necesitaba hablar conmigo.-
Se disculpa Guadalupe.
Guadalupe lo besa, ella jamás le confesaría la noche de pasión con Rafael, de no ser por su cruel destino.
-o-
Mientras, en casa de Silvia...
-Se lo voy a decir a tu madre.- Grita Benito.
-¿A la zorra de tu novia?- Pregunta Silvia.
-A Cati no le digas eso.-
-No compares a mi madre con eso.-
En ese momento, suena el timbre.
Sara abre y se encuentra con la mujer silicona; Cati.
-Qué foto más horrible.- Grita al entrar señalando a un retrato de la difunta madre de Silvia.
-La horrible eres tú.- Grita Silvia.
-No le hables así a tu madre.- Grita Benito
-Que este putón no es mi madre.- Grita Silvia.
-¿Putón yo? Tu madre me superaba, que estaba con Benito y con todo el barrio.- Grita Cati.
-Benito, ¿Puedes dejarnos solas?- Pregunta Cati.
Él accede, y cuando sale del cuarto, Cati amenaza a Silvia.
-Tu padre y tú me las vais a pagar, al igual que tu madre.-
-¿Mi madre? Dime que estás de broma, o te rebiento la cabeza como si fuera un grano.- Amenaza Silvia.
Cati grita -Ah, me haces daño.- Y benito entra corriendo a la cocina.
-Tu hija cree que le quiero quitar el puesto a tu difunta mujer, y me ha cogido del pelo.- Miente Cati.
-Eso es men...- Dice Silvia.
-¡Vete!- Grita Benito.
Silvia, con lágrimas en los ojos, accede, se va, prometiéndose que no volverá allí.
-o-
-Quiero volver contigo.- Responde Laura.
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